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Érase una vez...

[Pompas de jabón]

[Pompas de jabón] La primera vez que le compraron un bote de pompas fue en la feria. Era de color naranja con el tapón verde. Tenía una pegatina con un payaso haciendo pompas de jabón. Sus padres se lo compraron para que se callase y dejara de quejarse por la larga caminata. La verdad es que lo consiguieron. Elena consiguió estar callada el resto de la mañana.

No se cansaba de hacer grandes pompas. Le gustaba perseguirlas mientras volaban entre la gente y explotarlas. Una pompa, dos pompas… Millones de pompas podía hacer a lo largo del día. Era su juego favorito. Se quedaba horas y horas en su jardín con el bote de la pegatina del payaso y sus pompas pinchándose con el césped.

Con los años, comenzó a coleccionar esos tarros de hacer pompas. Los tenía de todos los colores. Rojos, verdes, rosas, azules, amarillos… Con dibujos de todas las clases. Payasos, perros, niños saltando, flores animadas… No tenía ningún tarro de pompas igual. Aprovechaba todas las ferias para comprarse uno nuevo.

Llegó a tener maravillosas antigüedades. “Cacharros viejos” para hacer pompas, como los solía llamar su madre. Una habitación entera de esos cacharros. Las paredes empapeladas de fotos de Elena haciendo pompas. Era maravilloso entrar en esa habitación con tantos espejos. A Elena le recordaba al País de las Maravillas. No sabía exactamente por qué. Tal vez por lo extraño que resultaba coleccionar esos trastos… En aquél país todo era raro. Ella, Alicia… Sus botes de pompas, el conejo al que perseguía. Y su madre, la Reina de Corazones.

Cuando estaba triste, solí irse al final de un camino que había en su pueblo. Allí, lejos de todo bullicio, había un banco de madera donde se solían sentar los caminantes cansados de sus largos y preciosos viajes. Se llevaba ahí uno de sus tesoros y se pasaba horas y horas haciendo pompas de jabón. Le gustaba imaginarse que por cada pompa que conseguía hacer, haría feliz a una persona en algún lugar del mundo.

Para Elena, sus pompas eran mágicas. Conseguían hacer sonreír a una persona inmersa en un mar de lágrimas. ¡Y era cierto! Posiblemente se reirían por la cara tan graciosa que ponía Elena cuando soplaba y la posterior cuando observaba a sus pompas mientras volaban. A la gente le resultaba cómico que se quedase tan ensimismada mirando esas tonterías.

Cuando estaba alegre, se iba a la orilla del mar y hacía pompas y pompas. Todos comenzaban a pensar que estaba loca. Pero en su locura, ella era plenamente feliz. Se evadía del mundo con sólo soplar y hacer salir una pompa. A veces pienso que se quedaba totalmente ensimismada porque su alma conseguía meterse dentro de esa pompa y olvidarse de todo lo malo y de todas las preocupaciones.

Sí, estaba loca. ¿Pero quién no lo está hoy en día? Quién más, quién menos, le pregunta a una margarita si ese chico del segundo está enamorado de ella, o lleva miles de tontos amuletos creyendo que atraerán la suerte. Todos estamos locos.

Yo, cuando estoy triste, me voy al mar, ya que es el único que consigue calmarme. Cuando estoy a punto de estallar, cuento mil veces hasta diez para no soltar alguna barbaridad a la persona que tengo delante. Y yo soy de las de la margarita. Siempre que cojo una, tengo la estúpida manía de preguntarle cosas. En lugar de decir “me quiere, no me quiere…” digo “sí, no…” y el abanico de preguntas es mucho más amplio.

Qué idiotas somos a veces. Juzgamos a una persona que logra ser feliz haciendo pompas de jabón y no somos capaces de ver lo que nosotros hacemos en situaciones extremas o simplemente cuando estamos tristes.

Yo admiro a Elena. Supo encontrar un camino hacia su felicidad. Y personalmente, me encantaría ser como ella. O al menos, ser como una de sus pompas de jabón.

14 comentarios

MyeC -

Tener un frasco de pompas de la feria (o acontecimiento similar) era una de las cosas que de niño no me podían faltar... y si, evadimos la realidad y entramos en una efervescencia ideal para, aunque sea, sacar una leve o gran sonrisa... tú o quién quiera compartir esos momentos contigo, soplando pompas de tu mano...

...me ha parecido un relato mágico en una mañana de Abril ^^

ByezZZz...

Viento Nocturno -

Las locuras de las que mas me arrepiendo son de las que no he hecho.

Un beso

pequeño qvark -

voy a coleccionar blogs de gente que me recuerda cómo éramos de niños (^_^)

jejeje, la semana que viene hay feria en mi ciudad. Ya me voy a pillar un botepompas :D

Ineiah -

A qué niño no le gusta hacer pompas? A mí por lo menos cuando era keni me encantaba.

La Niña de Zion -

Muchos besiños apa me alegra leer por ahi q estas en un buen momento,te lo mereces...kiños:**

Sory -

Tienes mucha razón Dynaheir ! :)
Todos somos de una forma o de otra como Elena,... y todos buscamos una forma de sonreir que, para nosotros funciona! Que mas da lo que piensen los demás?
Besote ! :*

Marta -

Que gran lección se saca de esta historia. La felicidad toma diversas formas, pero cada uno debe aprender que la de otro puede ser, precisamente, hacer pompas de jabón.

besos

Bruixeta -

¿y no podría elena prestarme uno de esos tarros de pompas?es k se ve que el cazasueños y la piedra de luna están comenzando a flaquearme...En cuanto al mar, como calmante, nunca me falla a mi tampoco...Un besazo guapa!!!!!!

bita -

Que dulce locura la de Elena...ojalá más gente disfrutara de esas pequeñas cosas que la vida nos brinda...lo confieso, yo tambien tengo unos cuantos pomperos por mi cuarto y de las margaritas...mejor no hablamos, porque he deshojado tantas que hace mucho que perdí la cuenta!!
Un relato precioso!!
Besitos guapa!

Agua -

Yo lo admito la locura es mi amiga, pero bien lo dices quien se atreve a decir que no esta un poco loco...yo adoro ver el cielo es una vieja mania, las estrellas me encantan y lo mejor de todo es que logran tranquilizarme por muy agobiada que me encuentre con solo mirar al cielo..puedo sonreir!!

Un beso loco en la punta de la nariz!

LuNa -

pues xa q nos vamos a engañar..todos tenemos algo d locos..y yo confieso haber sido y ser d la q coge margaritas y y contar 10 xa no saltar a la primera en ocasiones:p...a mi tb m encanto siempre lo d las pompitas...un besito!!te dejo mi mail...

Comella -

Para cuando el texto conjunto? Ha habido algún problema? Un abrazo a lunares ;) COMELLA

Maribel -

Yo estoy tan loca o más que ella, pero me encanta!

Un besín!!!

synnove -

No tendríamos que ocuparnos en criticar a Elena, si no en envidiar que ella puede evadirse tan fácilmente de los problemas.

Yo cuando de pequeña estaba triste, y para olvidar aquello que me preocupaba, leía un libro, Peter Pan. Es increible lo gastado que quedó... ¡Pero yo lo pasaba genial en Nuca Jamás!